entre
desiertos miles de trompetas subterráneas tocaron su canción, mientras los
pies, como dos imanes de las ondas sonaras se movían simulando un baile
sagrado, un baile inventado hace muchas vidas, hace muchas muertes…
un baile que
no se aprende, solo se siente, corre y fluye junto con las lunas, junto con las
estrechones de manos, surcando la piel, abandonándonos ahí,
en ese preciso instante en que entendemos por qué Ulises, por qué Joyce, por qué...
porque ese abandono es lo único que perdura, y se asemeja a un acantilado nórdico lleno de voces que repiten poemas del pasado.
!!!
ReplyDelete